Así se cocina la patata en Europa
¿Cómo se cocina la patata en diferentes sitios de Europa? A pesar de no ser un ingrediente de procedencia europea (entró en el continente a mediados del siglo XVI desde América del sur y a través de tierras castellanas), la patata ha pasado a ser un básico en la gastronomía de muchos países de Europa.
Ya sea asada, frita, en puré o como postre, este tubérculo es un clásico de la cocina del Viejo Continente.
Así se cocina la patata en Europa
Reino Unido
Las islas británicas son el mayor consumidor de patatas de Europa. No es de extrañar, puesto que son la base de uno de los platos más famosos del fast-food inglés, el fish and chips, hecho normalmente con bacalao o abadejo rebozado y patatas fritas.
El Shepherd’s pie, un pastel de carne picada, cebolla, verduras recubierto de puré de patatas y gratinado, es otra de las especialidades británicas más conocidas y exportadas, que también se puede encontrar en su versión vegetariana o con pescado.
La empanada de patatas, carne, nabo, cebolla y pimienta, Cornish pastry, rivaliza con el plato anterior como estandarte de la gastronomía inglesa.
Alemania
Los alemanes tampoco se quedan cortos a la hora de comer patatas, siendo los segundos del continente. Las Bratkartoffeln son un digno competidor de las patatas fritas en cuanto a acompañamientos se refiere.
Asadas con cebolla y panceta son uno de los principales reclamos de la cocina teutona.
Otro acompañamiento clásico alemán son los Knödel, de forma esférica y hechas a base de harina, huevo y patata. En el suroeste del país, el Dibbelabbes, que contiene patatas, panceta, cebolla y huevos, es uno de los pasteles salados más conocidos, junto con el Reibekuche (también llamado Kartoffelpuffer), del norte de Renania y que está hecho de patatas ralladas y fritas con huevos y harina.
Bélgica
Las patatas fritas son uno de los platos más internacionales del mundo. Franceses y belgas se pelean por decir quién las inventó, aunque las de Bélgica tienen fama de ser las mejores del mundo. ¿Su truco? Las fríen en grasa de buey primero a fuego medio hasta que cogen color, y luego, en un aceite separado, a fuego alto hasta que queden bien doradas.
Acompañando a los mejillones, son una de las referencias de la cocina belga. Se pueden remojar con alguna salsa cuya base siempre acostumbra a ser la mayonesa. Otra de las especialidades es la Mitraillette, un bocadillo de carne cocida, patatas fritas y salsa, probablemente también será mayonesa.
Francia
A pesar de la fama de las patatas belgas, el hecho es que las francesas se han llevado el nombre, siendo conocidas como French fries en el mundo anglosajón.
Las regiones más cercanas a la frontera este con Bélgica, Suiza y Alemania son las que tienen en la patata un ingrediente básico de su cocina, como el Baeckoeffe, un estofado hecho a base de patatas típico de Estrasburgo, o la Tartiflette, una tarta de queso Reblochon, patatas, cebolla, panceta y nata, de la zona de Saboya y Alta Saboya.
Países Bajos
Otros que tienen pasión por las patatas fritas son los holandeses, posiblemente por su vecindad con los flamencos. Por la calle se encuentran decenas de puestecitos que venden las Patat (en el norte) o Friet (en el sur) en múltiples versiones, y siempre con mucha, mucha mayonesa.
Las Patatje speciaal incluyen además cebolla picada y salsa al curry, una mezcla a veces no tan apreciada por los extranjeros. Uno de los platos más tradicionales de la cocina neerlandesa es el Stamppot, un estofado de patatas y verduras, que se sospecha que tiene origen español.
Italia
Aunque la pizza y la pasta es lo primero que nos viene a la mente cuando pensamos en cocina italiana, lo cierto es que la patata es otro ingrediente muy importante del país transalpino.
Para empezar, es la base de los gnocchi, uno de los platos más conocidos y que se encuentra habitualmente en la categoría de pasta. Acompañado de salsa de tomate resulta delicioso.
En la zona del sur, concretamente en Bari, el Riso, patate e cozze, un risotto con patatas y mejillones, es muy apreciado. También lo es en Nápoles el Gattò di patate, un pastel que incluye, además de patatas, varios quesos y salami. Aunque la patata no sólo tiene lugar entre los primeros platos, sino que también puede estar en el postre, como las famosas rosquillas de Toscana.
España
Y por último, aunque no menos importante, está nuestro país, el cuarto consumidor de patata de Europa. Además de las patatas bravas y la tortilla de patatas, este ingrediente es la base de muchos platos y acompañamientos.
Un ejemplo es la Bomba, una bola de patata rebozada y rellena de carne picada y salsa brava, una de las tapas más solicitadas en los bares. Las patatas a la importancia, rebozadas en harina y huevo típicas de Castilla y León; las patatas a la riojana, con chorizo, pimentón y laurel; o las patatas a lo pobre, de Andalucía, con patatas, mucho aceite, pimiento verde y rojo, cebolla y ajo son sólo algunos de los platos que tienen este tubérculo como elemento principal.
En Cataluña, uno de sus postres más típicos del otoño, los Panellets, tienen en la patata su ingrediente secreto, combinada con huevos y harina, a los que se les pueden añadir otros sabores como café, coco o almendras.
Me llamo Ciara Serrano, soy de Barcelona y actualmente vivo en Berlín, donde escribo en el blog de GoEuro, un buscador de viajes. Una de mis partes favoritas de viajar es probar la comida local. Las Bratkartoffeln han sido uno de mis mejores descubrimientos.