¿Quieres preparar rabanitos encurtidos caseros? Hoy te explico los beneficios y lo fácil que es tenerlos listos para cualquier ocasión. Y es que preparar rabanitos encurtidos en casa ofrece varios beneficios. En primer lugar, tienes el control total sobre los ingredientes, lo que te permite evitar aditivos o conservantes artificiales que a menudo se encuentran en los productos comerciales. Además, puedes personalizar el sabor a tu gusto, ajustando el nivel de sal, azúcar o vinagre, y añadiendo especias como ajo, mostaza o hierbas aromáticas.

El proceso de encurtir también es muy sencillo y económico, ya que no requiere de técnicas complejas ni ingredientes costosos. Otro beneficio es que los rabanitos encurtidos son una excelente fuente de fibra, antioxidantes y vitaminas, contribuyendo a una dieta saludable. Además, al hacerlos en casa, puedes hacer lotes grandes y disfrutar de ellos durante más tiempo, ya que el encurtido actúa como un conservante natural.

Esta opción también es perfecta para quienes disfrutan de un snack sabroso y fresco, ideal para acompañar ensaladas, bocadillos o platos de carne.

Rabanitos encurtidos caseros

Dificultad: muy fácil
Coste: muy barato

Ingredientes: 
– 1 manojo de rábanos
– Vinagre blanco de vino o manzana
– Azúcar blanca
– Agua

Preparación de los rabanitos:

Quitamos las matas verdes a los rábanos y los limpiamos bien bajo el agua. Así no encontraremos luego nada de tierra cuando los tengamos encurtidos.

Cortamos los rábanos en láminas finas. Aproximadamente de dos centímetros de grosor, aunque si somos capaces pondremos realizar los cortes más finos. Reservamos los rábanos cortados en láminas y procedemos a esterilizar los botes de cristal. Podéis ver en este enlace cómo esterilizar botes de cristal para hacer conservas.

 

 

Una vez tenemos preparados los tarros vamos a preparar el líquido para rellenar. En una olla echamos medio litro de agua y medio litro de vinagre blanco. Puede ser de manzana o de vino. Cómo queramos. A continuación echamos cuatro cucharadas de azúcar y llevamos a ebullición. Apartamos del fuego e introducimos en los tarros las láminas de los rábanos.

 

 

Ahora rellenamos con el líquido caliente hasta el borde de los tarros y cerramos bien con las tapaderas.

Esperamos a que enfríen y los metemos en el frigorífico. Pasadas veinticuatro horas ya tendremos listos nuestros rábanos encurtidos para comerlos solos, acompañar ensaladas o dar un toque diferente a nuestros canapés o bocadillos. Bon appétit!